PSICOMOTRICIDAD EDUCATIVA Y PREVENTIVA
Las tres finalidades de la psicomotricidad educativa son:
El placer de comunicar
La comunicación es una necesidad absoluta, vital, que se origina en la calidad de las interacciones y en el placer de las transformaciones recíprocas.
Un niño que es capaz de comunicar está atento a sus iguales y a los adultos, es capaz de escuchar y comprender el sentido del discurso de su interlocutor. No tiene grandes problemas afectivos. Ha visto reconocidos y respetados, desde el nacimiento, los componentes no verbales de la comunicación.
El placer de crear
Durante la actividad creativa los niños y niñas están serios, absortos, ensimismados, aparentemente aislados de los demás.
Los materiales que utilizan son, la pintura, la madera, la plastilina, que disminuyen las tensiones corporales y facilitan la descentración tónico-emocional.
El placer de pensar
El pensamiento en acción evoluciona hasta que los niños y niñas son capaces de representar la acción sin hacerla, llegando así a formas de pensamiento más distanciadas de los afectos.
La descentración progresiva es el resultado de esta maduración afectiva y psicológica que permite descubrir que el placer de pensar es también placer de ser y de existir.
Todos estos placeres se consiguen en la sala de psicomotricidad, a través del juego, del placer de actuar y de la mirada de un psicomotricista que acompaña y reconoce las producciones de los niños y niñas.
Estos grupos educativos y preventivos son de máximo cinco o seis niños y niñas, de edades comprendidas entre el año y los 8 años.